Prepara muy bien el cardo pelando las partes duras y con hebras. Corta los tallos en trozos de unos 4 centímetros de largo. Lávalos bien y ponlos a cocer en la olla exprés con sal y medio limón pelado y cortado en dos trozos. Déjalo cocer unos 35 minutos para un cardo mediano, más o menos, según el tamaño, pero que siempre sea un poco menos del tiempo de lo que haga falta, pues luego se terminará de hacer con la salsa.

En una cacerola pon el aceite a calentar; cuando esté en su punto, echa uno de los dientes de ajo y deja que se dore. Añade las dos cucharadas soperas de harina, remueve un poco y quita el ajo. Escurre el cardo de su agua con una espumadera, ponlo en la cacerola con la harina, rocíalo con la leche y después con el agua de cocerlo. Espolvoréalo con la canela y la pimienta en polvo. Rectifica de sal si hiciese falta. Tapa y, a fuego lento, deja que cueza otra media hora.

Mientras tanto, en el mortero macha el azafrán, el segundo ajo cortado en cuatro trozos y el pan frito.

Después, pasada media hora de cocer el cardo con la leche, añade la mezcla del mortero. Remueve muy bien todo junto, cuece a fuego lento 10 minutos más y sírvelo calentito.

Preséntalo adornado con una ramita de perejil y espolvoreado con una pizca de pimentón de La Vera.